viernes, 26 de noviembre de 2010

Presente y futuro


A veces pienso si haber nacido como ser humano es una ventaja.
Tenemos esa capacidad única de poder imaginar lo que nos depara nuestra  vida, quien sabe si se trata del mismo instinto animal de anticipación al futuro, pero más desarrollado.  Cuando una presa ve a un depredador, por un instante ve el futuro, lleno de sangre y con una mandíbula clavada en su cuello, así que echa a correr. Pero donde está la ventaja del ser humano? Vale, yo veo en un callejón oscuro a cinco tíos con bates y se lo que me espera, así que como presa asustada también echo a correr, pero y cuando veo mi presente? Como se lo que viene después? Como se si  inscribiéndome a una oferta de empleo voy a tener ese puesto con veinte tios a mi cargo obedeciendo lo que yo les diga? Como se, mirando mi billete a Malasia que en seis meses voy a volver o si voy  a acabar perdido entre aldeanos en una selva de Laos? Como se, mientras toco unos pies fríos por la noche, que mañana desayunaré solo?  Como se, recordando el ultimo cigarro que fumé, si no es ese el que me ha provocado un cáncer de pulmón y la voy a cascar en cinco años?
Pues no lo se. Pero nos queda el presente, que ya es suficiente. Es lo único seguro. Pero, a pesar de ser humanos, somos animales, y el instinto está ahí, la preocupación, los miedos, las mierdas y el gran agujero oscuro que es el futuro.  Siempre he apoyado la gran verdad de que el futuro no existe y que “Carpe diem” es la mejor filosofía, pero en ocasiones me tiemblan las piernas y tengo que sentarme a reflexionar acerca de lo que quiero y el vértigo no es precisamente el de un funambulista. Nadie sabe realmente lo que quiere, básicamente, porque mañana aletea una mariposa en Arkansas y pasado el viento se ha llevado todo lo que esperabas de la vida, a pesar de ello, las ideas de por donde ir pisando están ahí, creyéndose ser pasos solidos, aunque puede que no lo sean tanto y tengas que confiar en la suerte, que en ocasiones se acerca tanto que te llega a tocar. Pero soy tan amigo de la suerte como del futuro.
En fin, hoy es uno de esos día en los que me han temblado las rodillas y una oscura sombra se ha cernido sobre mis últimas acciones. Pero el viento se lo ha llevado, al menos casi por completo, ha dejado ese resquicio para que ahora vuelva a mirarlo todo desde el punto de vista crítico pero sin llevarme a la depresión, momentánea, pero depresión.
Creo que lo más importante es confiar en nuestros actos, si se han pensado con un mínimo de seriedad. Intentar ser fuerte con nuestras convicciones, aunque no solo dependan de una persona y confiar en que los días venideros, cuando lleguen, también serán el presente y ya no nos preocuparemos por ellos.

1 comentario:

  1. bueno no te desanimes, por lo menos debes saber que en tu caso la ecuación pies frios por la noche=desayunar acompañado se cumple ;)

    ResponderEliminar